Beneficios.
Humectación profunda: La miel es un humectante natural que ayuda a mantener la piel hidratada y combatir la sequedad.
Nutrición y revitalización: La miel es rica en vitaminas, minerales y enzimas que nutren y revitalizan la piel, dándole un aspecto más saludable y radiante.
Efecto calmante: La miel posee propiedades calmantes y antiinflamatorias, lo que lo convierte en un jabón ideal para pieles sensibles o irritadas.
Limpieza suave: El jabón de miel limpia la piel de manera efectiva, eliminando impurezas y exceso de sebo sin resecarla.
Apta para todo tipo de piel: El jabón de miel es lo suficientemente suave para usarse en todo tipo de piel, incluso en las más sensibles.
Modo de uso:
Humedece la piel con agua tibia y frota el jabón suavemente hasta obtener una espuma cremosa. Masajea la piel con la espuma y enjuaga con abundante agua. Para mejores resultados, puedes usar el jabón de miel 2-3 veces por semana.
Consejos:
- Para pieles muy secas, puedes aplicar una crema hidratante después de usar el jabón.
- Evita el contacto con los ojos. En caso de contacto, enjuaga con abundante agua.
- Almacena el jabón en un lugar fresco y seco para prolongar su vida útil.
Ingredientes.
Aceites Saponificados de Olea Europaea (Aceite de Oliva), Cocos Nucifera (Aceite de Coco), Agua, Aceite de Ricinus Communis (Aceite de Ricino), Aceite de Vitis Vinifera (Aceite de Uva), Aceite de Persea Gratissima (Aceite de Aguacate), Miel de Abeja, Cera de Abeja, Polen, Arcilla Blanca, Sal del Himalaya